Mal día... mala semana...

Menos mal que este blog se llama la vergüenza de ser feliz, que si noooo. He de admitir que siempre tengo más ganas de escribir cuando me siento triste y este mes entre las mayores estupideces que he podido hacer están:

a. Suspender la única asignatura que me quedaba para acabar la carrera.
b. No poder ir a la revisión de dicha asignatura (a pesar de estar suspensa con razón) por tener arreglar un problema preparado en el trabajo.
c. El problema anteriormente mentado.
d. Haberme cargado la lavadora previamente.
e. Colgarme de una persona no adecuada.

De todo esto lo peor es probablemente lo último. Causa de gran parte de mis males, porque si no he escrito este verano, es que en el fondo, estaba pasándomelo bien. La cura: Rondilla. Si fue el comienzo, también podría ser la cura. Además como decía esa gran canción de "La Quinta Estación": "No es que sea el alcohol, la mejor medicina, pero ayuda al olvidar, cuando no ves la salida".



Por si alguien no sabe el concepto de Rondilla, es un barrio de Valladolid, donde se puede salir bien contentillo por una cantidad de dinero moderada, pedir un sol y sombra no parece nada extraño, y donde incluso ponen tapas a un precio moderado.